Preparé todo y me fui arriba. Tenía que estudiar que rendía el viernes a la mañana. Así que primero ordené un poco porque había tremendo caos de toda la semana, y poder estar en armonía.
Al momento de leer tuve que dejar enseguida. Me sentía tan a gusto en ese momento, mi pieza con el sol de la tarde entrando y acompañando con los mates.
Llegué con firmeza al pensamiento de que
toda vez que ponemos la pava a calentar agua pal mate para tomar solos, nos sometemos a una pequeña revolución interna.