Ya van subiendo las estrellas de la libertad.
Ya van cayendo esas ropas de tu piel, de tu cuerpo.
No me imaginaba hacerle el amor a un ángel del cielo.
Y el dolor paraba, lágrimas secaban, por tu risa y tus ojos.
Y es que todo es como nuevo,
cuando me enredo en tu pelo, y se duerme la razón.
Y es que la melancolía se termina con tu risa
e ilumina el corazón.
Siempre que te vas el sol se está muriendo,
volves amaneciendo.
Siempre que te vas quiero que estés devuelta,
devuelta dando vueltas.
Camino pensando de que forma evitar el mal.
Porque no quiero cortar esas alas de cristal de tu cuerpo.
Siempre escapando, sólo de lo que puedo escapar.
Y siempre en algún lado, siempre en todos lados.
Sola estoy y quiero estar.
Y es que me llevas al cielo
cuando vamos por el suelo, y la razón en el colchón.
Y es que todas las salidas se me encierran con tu sonrisa.
Paga por mi corazón.